domingo, 1 de mayo de 2011

Preparativos

Después de buscar la información necesaria, decidimos hacer el viaje. Celia había quedado encargada de hacer la reserva del hotel en El Calafate ya que Sara y Yo estábamos de viaje.

Llegaba el día de partida, asique mi hijo me ayudó con los bolsos, ordenar el baúl del auto y enseñarme a manejar el GPS.

Primer día.

Castillo de Pedro Luro
Sábado 12 de febrero, 7 y 30 de la mañana partimos. La primera etapa era General Pico o Santa Rosa (La Pampa) ya que no manejamos de noche.
Desde Gral Villegas llamamos por teléfono al sindicato para ver el alojamiento y confirmado el mismo nos dirigimos hacía allí, pero, al salir de la estación de servicios, nos equivocamos el camino, por porfiadas y no hacer caso al GPS. Una vez encontrado el rumbo, esta vez el GPS nos mandó por una ruta equivocada. Deambulamos por caminos desiertos, hasta que encontramos una casilla con alguien durmiendo, nos expllicó, pero nos volvimos a perder, dimos miles de vueltas hasta que por fin encontramos el rumbo y llegamos a destino.
Una vez ubicadas, fuimos caminando al centro de la ciudad, a la ex estación del ferrocarril y la plaza. Cuando decidimos regresar a la casa se vino una tormenta de viento primero, y eléctrica y lluvia después. Alcanzamos a llegar antes de las primeras gotas.

Segundo día

Domingo 13, después desayunar y cargar el auto, solucionando un problema con un camionero que nos había obstaculizado la salida, partimos con destino Al Calafate, pero entramos a conocer el parque Pedro Luro en La Pampa

Vista del Parque, Celia y Sara bajando de la Ermita



Seguimos viaje, llegando a Las Grutas, buscamos donde alojarnos, y encontramos en el camping de la mutual de los docentes rionegrinos.
Sara y Celia bajaron a la playa. Cena, partido de burako y a descansar.

Tercer día

Lunes 14, preparamos el desayuno, ordenamos el auto y partimos. Hicimos una entrada en San Antonio Oeste y seguimos a Puerto Madryn donde almorzamos en lo de Julian. Inmediatamente de almorzar y  seguimos viaje. Paramos en Caleta Olivia donde nos alojamos en una casita del Hotel Capri. Simple pero accesible al presupuesto. Sara llegó con dolor de cabeza, asique con Celia  cenamos una picadita y sopa. esa noche no hubo burako.

Cuarto día

Parador Le Marchand
Martes 15. Emprendimos el viaje, entramos a San Julián, recorrimos el pueblo, y almorzamos una picada de mariscos. Continuamos  entrando a conocer Luis Piedrabuena, Puerto Santa Cruz . En el camino se abrió el baúl y perdimos un bolso, justo el de los medicamentos y cosméticos de Sara, Al caer la tarde nos alojamos en un hotel de ruta. Le Marchand, un paraje en medio de la nada, los camioneros lo usan como parador, y los lugareños como el lugar de encuentro. En el restaurante, preparamos la mesa para el burako y la mateada .Muy buenas las habitaciones, excelente atención.

Quinto día

Chocolatería El Calafate
Como de costumbre, luego del desayuno partimos. Iniciamos el trayecto final al primer objetivo del viaje, El Calafate. Buena la ruta, no muy transitada, La primera impresión al llegar es de una ciudad muy concurrida, Se desarrollaba la fiesta del lago, pero eran bandas locales y regionales ya a la noche más tarde artistas nacionales, Pudimos ver mucho turismo extranjero, Una vez alojadas en la Hosteria Ariel, un alojamiento accesible, muy limpio, excelente atención. Nos brindaron la posibilidad de usar el espacio común para que pudiéramos preparar nuestros almuerzos. Por la tarde, hicimos una recorrida por la costa, vimos los hoteles de la familia presidencial, están construyendo el paseo en la costa del lago y nos llamó la atención que le pusieran el nombre de Presidente Dr Nestor Kirschmer a la costanera, era doctor? o solo abogado. Teníamos entendido que los homenajes se hacen por ley habiendo pasado cinco años del fallecimiento, pero bueno, en este país todo es posible. Entramos a los negocios de artesanías, pero imposible comprar, todo estaba alejado de nuestros bolsillos y recién iniciábamos el viaje.

Sexto día

La mañana nos deparó una sorpresa,  Celia y Sara habían olvidado cerrar la puerta de la habitación con llave. Eran aproximadamente las 7 fe la mañana, cuando siento un peso en mi cama. Que era? un tipo que se había equivocado de habitación. Estaba dormido y con algunas copitas demás, confundido el muchacho, encima nos preguntaba que hacíamos allí. Al final se dio cuenta y se fue, primero un susto y después la risa. Porsupuesto, todo el hotel se había enterado de lo sucedido.
El muchacho vino a disculparse y la forma de hacerlo, fue dandole a Sara un turno para que pueda renovar su documento.

Finalizado el desyuno partimos al Parque nacional Perito Moreno, el paisaje que nos acompañó durante el trayecto eraespectacular, colorido, bello. Llegamos al Parque y como jubiladas pudimos acceder gratis, la mañana estaba nublada, a veces salía un sol tibio, pero mucho viento. Llegamos y en la trafic nos acercaron a las pasarelas para apreciar el glaciar.
No hay palabras para describirlo, imponente, es un espectáculo en si mismo. Nos quedamos más de una hora contemplándolo. Ejerce una magia increíble. Pedíamos por el sol, para poder presenciar un rompimiento, pero éste se hizo rogar, no obstante hubo algunos desprendimientos. El ruido que emite, parecen disparos de cazadores. Lamentablemente no pudimos hacer la navegación, ya que los barcos habían salido y los próximos horarios eran demasiado tarde.
Regresando, y tomamos el camino a Punta Bandera, entramos al Parque y nos encontramos con una barca de la Estancia "La Cristina", preguntamos en prefectura y nos informaron que salía al día siguiente a las 8 de la mañana para regresar por la tarde, teníamos que averiguar en que consistía la excursión. En el camino, habíamos visto un cartel de una estancia que hacía agroturismo, asique pasamos para ver de que se trataba, Nos recibió el dueño, nos explicó que hacían, con un cafecito de por medio, en un lugar cálido, con una vista espléndida departimos un rato.

La amabilidad de Marcelo, nos decidió a regresar a las 5 de la tarde que empezaba la excursión. María José nos recibió con café, te o mate, con tortas fritas y tortas antes de llevarnos al lugar donde iban a realizar una demostración de cómo trabajan los perros con as ovejas. Alfredo,un correntino de Curuzú Cuatia, era el encargado de llevar adelante la demostración, luego compitieron con María José en una carrera de sortijas para luego pasar al salón de esquila, la verdad aprendimos mucho de la tarea, luego visitamos otro sector de la estancia, la huerta, la casilla para avistaje de aves fnalizando con un asado de cordero a la estaca y un show folclórico. Terminada la función emprendimos el regreso a la ciudad.

Séptimo día

Desayunamos  y partimos al Chalten Fuimos primero a cargar combustible, una hora de espera ya que estaban descargando. Muy buena la ruta, es la nueva 40.  el paisaje espectacular, cruzamos los puentes sobre el Río La Leona y bordeando el Lago Argentino, luego el Viedma.
A mitad de camino nos encontramos con un parador La Luz Divina, está a cargo de tres jóvenes uno entrerriano, un santafecino y el tercero de Buenos Aires, preparan unas empanadas de carne cortada a cuchilla que son una exquisitez, tortas fritas y tartas. Un lugarcito muy cálido que te ofrece un servicio en una ruta desierta. Después de la Ruta 40 desviamos a la 23 y llegamos al Chaltén. Localizamos a Luli y nos consiguió una cabaña para alquilar los dos días que estaríamos allí.
La cabaña, ubicada atrás del restaurante "Como la Vaca," estaba bien equipada. Nos acomodamos y Antonio, encargado de la recepción, nos sugirió que fuéramos al Lago del Desierto. Primero pasamos por una casa de excursiones, Patagonia Aventura , para contratar la ida al glaciar Viedma. Logramos el descuento por ser jubiladas y contratamos la navegación por el Lago del Desierto, como el barco salía a las 17 y 30, partimos de inmediato para llegar.
37 km de camino de ripio, en algunas partes bastante pesado, pero el paisaje que te acompaña, gratifica el alma. Por momentos el río está a la altura del camino, cascadas que caen desde la altura.
Llegamos al lago con un margen de tiempo para abordar el barco. El encargado de a bordo un chaqueño, claro, nadie es oriundo del lugar, todos los habitantes son del interior del país.
Charlamos con un matrimonio de Río Turbio, ella docente y el bancario, que estaban paseando por el lugar en compañía de una niña de Resistencia.Viajaban otros turistas, una pareja de suizos, una joven israeli, chilenos y un grupo bastante grande de orientales, la verdad no se si eran japoneses, chinos o coreanos.
El paseo es hermoso, el lago azul  está rodeado de glaciares, pequeñas caidas de agua por efecto del deshielo.
Este lago fue un punto en el conflicto que tuvimos con el vecino país de Chile y quedó para la Argentina, según me explicó un gendarmen, debió cambiar el nombre de laguna por lago, porque es bien notorio que el lago se alimenta de las vertientes de las montañas que lo rodean.
Llegamos a la otra orilla y bajmos a caminar, algunos intrépidos subieron al cerro. Me puse charlar con la joven israeli, que al día siguiente debía emprender una caminata de mas de 7 horas para llegar a la frontera con Chile, igualmente la pareja de suizos. Estaba armando su carpita, le pregunté que iba a cenar y muy ruiseña me contó que ese día había almorzado, pan con jamón y queso y que el mismo menú era la cena y el desayuno  más una manzana, ya que no podía cruzar alimentos .
De regreso al puerto, y ya saliendo al estacionamiento nos encontarmos con un problema,  no podíamos sacar el auto, una camioneta ford, de unos empleados de un hotel que ya estaban embarcados a mitad del lago, la habían atravesado, de manera tal que imposibilitaba maniobrar, ya que para completar el panorama había un zanjón lleno de agua.
Sara y Celia volvieron y trajeron a los gendármenes, Sara les explicaba lo que tenían que hacer, colocar unos tablones en el charco de manera tal que el auto pueda salir sin empantarse, después de retarlos un poco hicieron caso y el amigo bancario ofició de chofer. Por fin rescatamos el auto y partimos al poblado, ya llegamos  con las últimas luces de la tarde.
Estaba preparando la cena cuando, ohhh, se cortó la luz, por ese motivo se acercó una pareja de alemanes que estaban en la otra cabaña y con medias palabras, entre español, inglés pudimos comunicarnos. Los invitamos a pasar, Sara les hizo probar el mate, armamos una picada y nos quedamos charlando hasta un buen rato entrada la noche. Esa noche no hubo burako.

Octavo día

El día amaneció espléndido, un sol radiante, pero fresco. Preparamos el mate y marchamos hacía la Bahia del Tunel a tomar el catamarán que nos llevaría por el Lago Viedma a  conocer el glaciar. llegamos temprano, Sara se fue a recorrer la orilla del lago para buscar piedras, ramas o lo que sea para su colección. Celia preparó el mate y nos instalamos frente al lago a matear, nos habían dado mal el horario.
Llegó la hora para abordar la nave, mucha gente y muchos extranjeros, pero la mayoría se embarcaba en la otra nave ya que iba a realizar la travesía por el glaciar.
Mientras navegábamos, conocí un matrimonio español, de Alicante, radicados en Inglaterra, apasionados por nuestro sur, a tal punto que querían comprar un terreno en el Chalten.
También conocimos a Matias, un joven santacruceño hijo de un dirigente de la CTA, muy simpático .
a medida que nos acercábamos al glaciar, subimos a la parte superior del barco, un viento terrible, pero la belleza y la imponencia del glaciar, bien valía la pena el sacrificio.
La atención del guía, Nicolás, del capitán y auxiliares, excelente, el catamarán estaba muy bien equipado. Finalizado el viaje y ya de regreso a la Villa, salimos a caminar, las chica subieron hasta el hotel de la familia presidencial mientras me iba por otros caminos.
Volvimos a la cabaña y nos sentamos en la mesa comunitaria del patio a jugar al burako y matear.
Atrás nuestro estaba el cerro con una ladera escarpada y muy vertical, por la que ascendían dos personas. A pesar del temor que nos daba no dejábamos de admirar lo que hacían.
Federico, el propietario de las cabañas, nos comentó que cruzando el puentecito y  a 600 metros, hay una casa, que fue del primer poblador y que hay interés en convertirla en museo. Allá partimos, una linda caminata, llegamos y nos encontramos con carteles que anunciaban "propiedad privada, no pasar", no ajustándonos a las "no reglas" avanzamos, hasta que una horda de perros nos sacó corriendo. Hermosa caminata, mal final, no pudimos conocer la casa del poblador.
Regresamos, preparamos la cena y empezamos a organizar los bolsos para partir.
Esos días fuimos averiguando el estado de la Ruta 40, para llegar a Los Antiguos, pero había total coincidencia en que no era recomendable, mucho tramo de ripio en mal estado, asique decidimos bajar a la costa y hacer otro camino.

Noveno día

30Iniciamos el descenso a la Ruta 3. Lindo día de sol pero muy ventoso, paramos primero en La Leona, un hotel de campo que fue declarado Patrimonio Histórico y Cultural de la Pcia de Santa Cruz y que está a orillas del Río La Leona, la verdad tiene una muy linda historia el lugar, y tienen mucho que ver los primeros pobladores, quienes fundaron el parador era una familia de inmigrantes dinamarqueses. Hoy sigue cumpliendo la función de hotel de campo. El interior está ambientado como en su época, y tienen una boutique con artículos artesanales.
Seguimos viaje y pensando es repetir las empanadas de Luz Divina y no tuvimos suerte, lo muchachos estaban demorados y no tenían nada preparado.
Continuamos hasta Esperanza donde deberíamos cargar combustible, sólo $50 y premiun, en la patagonia de donde se extrae el petróleo para los combustibles, no había nafta super y la premiun racionada.
Sara tomó el volante y le tocó conducir hasta la ruta 3 y seguir por ella. Un viento terrible, que movía el auto, camiones por doquier, para colmo en las subidas, que les cuesta trepar, demoran la circulación. protestó todo el viaje contra los camioneros. La verdad que las rutas no están preparadas para semejantes máquinas.
Paramos a almorzar en Le Marchand y continuamos hasta 3 cerros, donde hicimos noche en el parador.
También una míni población con una estación de servicio y el parador, donde toda la noche hay movimiento.
Las chicas jugaron al burako, mientras me iba a duchar y a dormir.

Día 10

El día amaneció ventoso pero con un sol radiante, desayunamos y partimos hasta encontrar el camino que nos llevaría al Parque nacional de los bosques petrificados de Jaramillo.
50 km de ripio, en partes no muy bueno, era transitar la nada, a una velocidad de 30 km por hora, la verdad es tedioso, en algunos tramos se podía avanzar un poco mas, a 50, pero no mas. Después de hora y media llegamos al lugar, donde la guardaparques nos explicó el camino que debíamos hacer.
Realmente uno no alcanza a dimensionar lo que está viendo, un bosque petrificado que preserva un yacimiento fósil que dicen que son las únicas del mundo. El paisaje desértico, no se ve a la redonda ningún árbol, nada verde y ver esos troncos, da la sensación que estamos en otro mundo.
 Como de costumbre Sara buscaba algunos restos para llevárselo para su colección, pero de regreso a la administración fue sorprendida por la guardaparque que le decomisó el material.
En el camino, paramos en el camping para hacer el almuerzo, mientras Sara salió a recorrer el lugar a buscar material para su colección, Celia y Yo armamos, la mesa y preparamos el almuerzo, ensalada de tomates y zanahoria rallada, salamín, queso y fruta. En la zona aledaña al camping hay unas casillas de Ecominera, preguntamos y nos enteramos que están haciendo estudios para conocer el rendimiento que tendría el yacimiento de oro y plata. Si estas minas, como está pasando en San Juan, Catamarca, etc, necesita agua para la explotación, nos preguntamos de dónde la sacarán, ya que la estepa es desértica y hay lagunas secas, que según nos informara la guardaparque, se llenan en invierno en la época de las lluvias.
o terrible es que siguen contaminando el planeta, parece que a nadie le importa que será de nuestros niños y los del futuro.
Terminado el almuerzo, cargamos el auto y partimos a Puerto Deseado, al llegar, paramos en una casa de turismo para averiguar que excursiones podíamos hacer, allí mismo contratamos la ida a la pingüinera al día siguiente y Javier, unos de los dueños de la empresa nos mandó a hablar con la dueña de las cabañas Las Toninas, que resultó ser su madre.
Muy linda la cabaña, muy bien equipada , hasta con wi fi y Susana, la dueña un encanto, nos trajo yerba, café, saquitos de te, frutas de sus frutales, peras y manzanas, y un budincito.
Como es costumbre salimos a recorrer  la ciudad y por supuesto a buscar una panadería. El centro comercial no es muy grande, asique lo recorrimos enseguida. De regreso nos preparamos para la partida de burako y picar algo.

Día 11

La mañana amaneció lluviosa, fría y ventosa, preparamos la mochila y partimos al puerto, algunos viajeros ya habían llegado, pensábamos que el gomón no iba a partir, pero no fue así, a pesar del clima, partimos, primero nos dieron las capas y los salvavidas, , mientras navegamos por la ría bien, se movía un poco, pero nada impresionante, el problema llegó cuando entramos a mar abierto. El mar estaba bastante picado y el gomón saltaba bastante. Nos dijeron que nos sentáramos y acompañaramos el salto, pero la verdad que daba miedo. La travesía duró una hora y un poco más. Al fin arribamos, pero los problemas no terminaban allí, en la isla no hay muelle, asique hay que saltar de la nave a la isla, cubierta de restinga, que con la llovizna estaba muy resbaladiza. No era fácil caminar por entre las piedras, había que fijarse bien donde poner el pie. Con mucho cuidado seguimos a Daniel por los sectores donde debíamos caminar, para evitar molestar a los animales.
El objetivo era conocer los pingüinos de penacho amarillo.
Primero avistamos la colonia de los magallánicos, luego nos acercamos a los lobos, que retozaban sobre las piedras, pero había que llegar al otro lado de la isla para ver los pingüinos de penacho amarillo.
Nunca los habíamos visto, son muy pintorescos, comparten junto a los magallánicos, pero cada uno con su grupo.
En la isla, hace muchos años, existía una lobería, donde se hacían grandes matanzas de estos animales, para sacar la grasa y el cuero. Años después se construyó un faro que ya no es utilizado como tal, pero la construcción se mantiene. La isla  no cuenta con infraestructura ni sanitarias ni de ningún tipo, hay que utilizar como sanitarios de señoras un hondonada natural.
En el sector de los pingüinos nos convidaron con unos mates, que la verdad algo calentito nos hizo bien. De regreso nos brindaron el almuerzo.
Prepararon las mesitas de camping, los vasos de las conservadoras sacaron unos exquisitos sandwiches y de postre manzanas.
Al regresar para embarcar tuve un pequeño accidente. Me daban la orden de que me tomara de las barandas de la nave y así lo hice, pero al momento de dar el paso se movió el gomón y quedé colgando. Por suerte uno de ls excursionista, rafaelino y otro francés, me ayudaron a caer dentro del gomón. en una de esas quedaba como alimento de los lobos.
Ya embarcados, iniciamos el viaje de regreso y empezamos a ver los delfines australes , las toninas, hermosos, acompañaban al gomón.
a pesar del día, de las inclemencia del tiempo y el accidente, pudimos disfrutar de una experiencia distinta.
Esa tarde, fuimos a conocer la ex estación del ferrocarril, que los jubilados ferroviarios convirtieron en museo. El edificio por fuera está intacto, no asi el interior que ha sido realmente saqueado.
Mientras atendíamos las explicaciones del guía, nos conocimos con un matrimonio cordobés que estaban recorriendo el sur.
Temprano nos fuimos a refugiar en la cabaña porque el frío arreciaba. Burako, cena y a descansar.

Día 12

La tormenta había pasado, y  amaneció con  un sol radiante,  preparamos los bártulos e iniciamos el camino a Los Antiguos. En la zona de Pico Truncado, veíamos las cigüeñas, horadando la tierra, la ruta transitada por camiones, camionetas, casi todos vehículos de las empresas petroleras. Llegamos a Perito Moreno y averiguamos como hacer la excursión a las cueva de las manos, como ya era tarde para realizarla, seguimos subiendo a nuestro destino. 
Lindo pueblo, Los Antiguos, pintoresco, iniciamos la búsqueda de cabañas donde alojarnos, Vimos dos o tres, y nos decidimos por una  bastante lejos del centro. El dueño un riojano que se vino a los 18 años de su pcia, y se jubiló como petrolero, tiene dos cabañas para alquilar, Bajamos los bolsos y volvimos al centro para comprar los alimentos para le cena. ?Que compramos,? osobuco de carne  vacuna y de cordero para hacer un puchero. livianita la cena. Al salir del super nos encontramos con los cordobeses que habíamos conocido en Puerto Deseado.
En el recorrido por la ciudad nos encontramos con el regador municipal, con el que nos pusimos a conversar. Le preguntamos porque se llamaba Los Antiguos,  es muy interesante lo que nos contó. Los ancianos tehuelches, habían elegido ese lugar para pasar sus últimos días. ¿Será por eso que nos llamaba conocerlo? La realidad es que el lugar es un paraíso, porque mas allá de las bajas temperaturas, tiene un clima benigno. También pregustamos que se podía conocer en la villa y nos envió a una finca donde preparan dulces y jugos o licuados con frutos naturales. Allá fuimos, pero antes pasamos por una chacra, entramos y nadie, nadie respondía, eso no nos amedrentó y nos prendimos a los árboles de cerezas, a probarlas.
y nos encontramos con una familia ucraniana, Sara les dijo que ella también era descendiente de ucranianos, asique dialogaron un rato.  Tomamos un exquisito licuado de cerezas, encargamos unos dulces para el día siguiente. Regresamos a la cabaña , preparó Sara la cena  y, despúes  ,  no podía faltar la partida de burako.

Día 13

Partimos a Chile Chico, queríamos ir a comer mariscos. Llegamos a la aduana y al revisarnos nos decomisaron una rama que Sarita había recolectado en el lago Viedma, como eran restos de vegetales, la orden es decomisar.
Llegamos a Chie Chico, un pueblito muy pintoresco,a orillas del Lago San Martín, uno de los más grandes .mucha edificación de madera, Nos dirijimos a la oficina de informes turístico, para averiguar sobre la excursión a la cueva de las manos, que está en la zona, pero lamentablemente no pudimos encontrar a quien la hace.
Asique fuimos al supermercado a comprar algunas latitas de mariscos y luego a darnos el lujo de comerlos en el restaurante.
Pedí un arroz con mariscos mientras que las chicas pidieron cazuela, pero no es igual a la que conocemos en Argentina, mas bien es una sopa de mariscos, no obstante muy rico.
De regreso entramos a una chacra, nos regalaron unas manzanas, porque ya no tenían producción. Nuevamente los trámites para cruzar la frontera. Sara reclamó la rama que le habían decomisado, pero no hubo caso, según el empleado ya estaba registrado y lo pasaban a incinerar.
En la aduana Argentina, también nos revisaron, menos mal que no teníamos nada.Las manzanas regaladas estaban en la cartera de las chicas.
Ya en Los Antiguos, hicimos un recorrido por las chacras, nos prendimos a los árboles de cerezas, entramos en una que decía tejidos artesanales, fuimos a mirar de curiosa que somos, la tejedora resultó ser una docente jubilada, que con su marido habían venido a trabajar a escuelas rurales de la zona, y allí aprendió el arte del telar. La verdad hace cosas muy bonitas, Celia y Yo le compramos una pasmina. de allí fuimos a buscar los dulces que habíamos encargados y fuimos a otras chacras, donde también compramos dulces.
Ahora era el momento de volver y empezar a buscar  donde meter los frascos y las latas.
Ordenamos todo par el día siguiente. Esa noche, sopa y burako.

Día 14

Decidimos no hacer la excursión a la cueva de las manos y si tomar la Ruta 40, bajamos hasta Perito Moreno, dimos unas vueltas para conocer la ciudad, es mucho mas grande que Los Antiguos. Compramos los bizcochos y partimos, averiguamos cuántos km de ripio teníamos hasta llegar a Río Mayo, pero a quien le preguntábamos nos daba un kilometraje distinto, asique nos largamos. La primera etapa estaba pavimentada, pero llegó el ripio, un largo trecho, y además despacio, porque estaba bastante flojo en algunos sectores, total, no había apuro. 
Llegamos a Río Mayo, había leído en Internet y también había visto en el programa En el camino, por TN, que conduce Mario Marquich, que en ese lugar existía una estancia que trabajaban con los guanacos. Averiguamos como llegar, y allá fuimos. El lugar, es un paraíso nos recibió Cirila. la dueña y Luis, el veterinarios es el encargado de acompañar a los turistas y explicar el trabajo que realizan con los guanacos. Además nos enseñó muchas cosas que no sabíamos del animal, 
El trabajo que realizan, una vez al año, es encerrarlos en una manga y proceder a esquilarlo. La lana a diferencia de la de oveja, no se puede lavar sino limpiar a mano, en grandes mesas con agujeros, para permitir que caiga la tierra y la basura que junta el guanaco cuando se baña en la tierra. luego de limpiarla, se pasa a hilar y mezclada con  lana merino se lleva a Mar del Plata donde está la tejeduría. Así el precio de las prendas, imposible para los bolsillos nuestros.
Nos acercamos a una manada de guanacos, una de ellas, la escupió a Celia. Increíble el comportamiento de estos animales, nos enteramos que se bañan en la tierra, revolcandose, y que destinan un espacio para el baño, cuando lo llenan, buscan otro. No les parece genial? nada de andar ensuciando todo el campo, cada cosa en su lugar.
Una cría seguía a Sara y metía su cabeza en las axilas, Luis nos explicó que ellos hacen esto porque las tetas de la madre están bien arriba, entonces meten la cabeza en todos los espacios que se parezcan.
Luego entramos al galpón, donde armaron un salón de estar, ya que también tienen alojamiento rural, y lo lindo es que han recuperado artefactos, muebles y herramientas viejas, tenían pupitres, de los que usábamos en la escuela primaria, y era porque allí funcionó la primera escuela de Río Mayo.
Nadie nos había explicado como funcionaba la visita, Luis nos pregunta si alguien desea tomar algo, y las tímidas dijimos un cafecito, Nos atendieron en la cocina , Luis desplegó todo, tostadas, sandwiches tostados, torta de manzana, manteca, dulces caseros, café te etc etc. Resultó que había que pagar 30$ por cada una,   pero fue una tarde agradable.
Si pasan por Río Mayo no dejen de visitar la estancia del Proyecto Guenguel. Además tienen un manantial, que ahora están explotando como agua mineral Horizont. ( nadie me paga nada por la propaganda)
Continuamos viaje para llegar a dormir a Gobernador Costa. La ruta bastante mala, muy poceada, pero como todavía había luz natural, no había demasiado peligro. Muy transitada, es que los lugareños venían de sus vacaciones.
Arribamos a Gobernador Costa y a buscar donde alojarnos por esa noche, después de andar un buen rato, conseguimos una cabaña. Ya caía la noche por lo que  no salimos a dar una vuelta, además el tirón había sido largo ese día. Cenamos, burakeamos y a descansar para estar lúcidas para el día siguiente.

Día 15

Preparamos el desayuno, cargamos los termos con agua caliente, y fuimos en busca de una estación de servicio a cargar combustible. Completado el trámite iniciamos el camino rumbo a Esquel. La ruta bien ,  no estaba cargada, llegamos y nos fuimos a la estación del ferrocarril para informarnos si corría la trochita, pero lamentablemente no ese día, de allí nos fuimos a Trevelin y llegamos al límite con Chile, de regreso entramos al criadero de truchas de la provincia y luego al parque Nat y Fall, en la zona de descanso preparamos el almuerzo.
Tomate, atún, algo de salamín, muchas cerezas, damascos. Las chicas hicieron el recorrido mientras yo me quedaba descansando y escuchando música.
Regresamos a la ciudad de Esquel y me puse en contacto con mi prima que vive en El Maitén, para avisarles que íbamos para allá. Antes de llegar entramos a que Celia conozca el Lago Epuyen, y continuamos hasta El Maitén.
Emocionante el reencuentro con Nidia, Cucusa, su marido y los niños, Belu y Facu, Belu estaba con su novio.
Nos alojamos en la casa, ya que la cabaña de los padrinos, estaba alquilada y no había alojamiento. Nidia había hecho tacos al mediodía.. asiqu la cena fueron tacos y pollo asado que asó Cucusa. Charlamos mientras tomábamos un buen vino. Temprano terminó la tertulia ya que al día siguiente era laborable.